NO TE CRUCES EN TU CAMINO, No puedes evitar ser quien eres (Osho)
No permitas ni por un momento, que la mente interfiera en tu meditación.
La meditación es muy delicada y, al principio muy frágil. La mente tiene casi diez millones de años; es muy fuerte, muy tenaz. Tienes que proteger tu meditación y vigilar que la mente no vaya plantando semillas que pudieran destruirla.
Esa es la función que cumple la comunión de los buscadores. Solo, quizá te sientas demasiado débil para enfrentarte a la mente, pero, con tanta gente meditando, se genera un océano de energía meditativa; con la fuerza de esas energías, tú también puedes poner a un lado la mente. Puede que tenga diez millones de años, pero no importa. No se corresponde con la realidad.
La mente siempre encuentra algún modo, por estúpido que sea, de salirse de la realidad, pero la realidad no cambia; de hecho, deberías aprender a salirte de la mente y verías que la realidad cambia enormemente. Cambia porque, ahora puedes verla tal y como es. No tras el prisma de alguna teología, religión o filosofía.
La existencia es tan inmensa y los filósofos tan pequeños que sus esfuerzos resultarán estúpidos. Puede que descubran algunos pequeños fragmentos de realidad y hagan de ellos grandes sistemas. Pero la existencia no necesita un sistema creado por tu mente, sino una experiencia de tu propio ser.
El ser no está muy lejano, a una pequeña distancia. Una estación más del camino que va de la mente al corazón y del corazón al ser; y habrás llegado. No es un trayecto largo, y no necesitas vehículo alguno. Lo único que debes hacer es deslizarte hacia dentro. La mente intentará persuadirte de que no lo hagas porque sería muy peligroso: “Yo siempre estoy aquí para ayudarte; sin mí, estarás desvalido”. Dile a la mente: “¡CÁLLATE! Ya me has ayudado bastante, no quiero que me ayudes más. Quiero experimentar el desamparo por primera vez”
Has llegado al corazón que aún conserva la misma inocencia que cuando viniste al mundo. Aún ser maravilla, aún siente el misterio, aún ama. Aún es una música de las profundidades de tu ser. Pero no te quedes estancado ahí. Puedes ser un poeta, un pintor, un bailarín, que es mucho más hermoso que ser un matemático o un físico. No te quedes estancado ahí, tan solo un paso más; disfruta una noche ahí, bebe de la belleza del corazón, agradécelo y entra en tu ser. El corazón nunca obstaculiza, sino que ayuda, indica el camino.
Y, en cuanto estás en tu ser, todo el universo de realidad se abre. No puedes encontrar ni una sola contradicción, no puedes encontrar nada en contra de nada. Todo es colaborativo con lo demás; toda la existencia constituye un todo cósmico y orgánico.
Y en cuanto te das cuenta de que “Yo también formo parte de esta inmensa unidad”, el éxtasis que produce te acompañará toda la eternidad. Pero para salir de la mente, hay que hacer un pequeño esfuerzo, porque también tienes la convicción de que tu mente es una gran ayuda. Una gran defensa. No es más que un confinamiento, y en una celda muy pequeña.
Es algo parecido a una jaula para pájaros. Es cierto que la jaula te ofrece una cierta protección, pero te ha quitado todo tu cielo. Ofrece protección, pero ha destruido toda tu dicha y la danza de tu vuelo por el cielo infinito, bajo los rayos del sol, a parajes lejanos… En comparación con todo el cielo, esta defensa es una pequeña jaula –puede que sea de oro- pero te cortas las alas, te mata. Encerrado en una jaula de oro, como un objeto decorativo, no eres el mismo pájaro que volando libremente por el cielo.
En el momento que muere tu libertad, también mueres tú. Desde el momento en que te cortan las alas, solo estás nominalmente vivo.
Fragmento del libro No te cruces en tu camino de Osho. (pág. 68-70, capítulo 3, Corazones y mentes)