ECOMENSAJE
"Nuestra llamada de atención es hacia el consumidor de hierbas que busca una esperanza en los productos orgánicos porque los “químicos” ya le intoxicaron bastante y, cada vez más, cree menos en ellos. La moda es buscar lo natural, lo biológico, lo orgánico, lo ecológico que es inofensivo y no intoxica. Pero, que sigue siendo cada vez más caro. Nosotros le estamos diciendo al mundo que los minerales y la nutrición orgánica que busca en las hierbas, ofrecidas en frascos y envases lujosamente presentados, se pueden obtener gratis; y, que en ese inmenso mar, que tan generosamente la Naturaleza nos ofrece, se encuentra el mejor regalo para la salud. Todo lo que ofrecen las píldoras naturales, está sin costo económico, en el agua de mar que, insistimos es gratis obtenerla.
Los Peces y los Humanos Si los peces en alta mar no se enferman, ¿será porqué no tienen a nadie que les recete medicamentos químicos de los que el ciento por ciento, sin excepción alguna, son tóxicos para el organismo por los efectos secundarios que inexorablemente acarrean?. La mayoría de los médicos y científicos ¿tienen una auténtica y real conciencia de la toxicidad de las medicinas farmacéuticas que descubren y recetan?.
¿Proveedores de salud, o proveedores de enfermedades?
El café, los “tranquilizantes”, el alcohol y las hormonas (estrógenos-progesterona), son algunos de los ejemplos de las contradicciones diarias de la mayoría de los científicos y médicos.
Los medios de comunicación, en sus espacios de salud, un día difunden que el café ayuda a combatir el cáncer y ,al otro, que es muy malo para la hipertensión. El alcohol es muy bueno para prevenir las enfermedades cardiocirculatorias y al día siguiente es peligroso porque aumenta el colesterol y las grasas en la sangre, además de que es el primer culpable de los accidentes de tránsito causados por la moderna epidemia sobre ruedas. El alcohol se elogia y se maldice al mismo tiempo; claro que las autoridades sanitarias llaman a la responsabilidad de los conductores, como si un bebedor aceptase consejos. Últimamente han dicho que prolonga la vejez, pero diciendo que alarga la juventud. Eso no se lo creen ni los que lo inventaron. Pero, sale en todos los medios de comunicación como una historia de salud y la gente lo celebra y… “¡de qué manera¡”.
Y de los estrógenos y la progesterona no digamos. La misma historia: un día son muy buenos contra los sofocones y calores de la menopausia, además de prevenir la osteoporosis y el cáncer, y al día siguiente los estrógenos son los culpables de ese mismo cáncer y de infartos en las damas a las que se los recetan “porque eso es lo mejor que hay hoy en día en el mercado contra los sofocones y calenturas propias de la edad”. Sus contradicciones son un atentado contra la inteligencia, como lo son los comportamientos de ciertos facultativos que son incapaces de protegerse ellos mismos contra el cigarrillo y la obesidad, pero les dicen a los demás cómo lo pueden hacer y lo malo que es no hacer lo que ellos recomiendan. Si no saben cómo cuidarse ellos mismos ¿cómo van a cuidar a los demás?. Eso es una inmoralidad y falta de ética. Mientras, estamos hablando de estadísticas y estudios contradictorios en los que la vidas de nuestras madres, esposas, hijas, o parejas -como dicen ahora- valen menos que la de un conejillo de Indias.
El Colesterol y las Estatinas. Últimamente el colesterol y las estatinas recetadas para contrarrestar la subida de las grasas (solamente en un 30%, algo que los vegetales hacen sin efectos secundarios), son la última moda de las transnacionales farmacéuticas. Las estatinas absorben el colesterol, pero no se habla mucho de que el colesterol es importantísimo para la regeneración celular –un billón de células regenera una persona diariamente- ya que es el "cemento" que une a una célula con la otra; y tampoco se dice que el hígado lo produce y que las estatinas no distinguen entre el colesterol que necesitamos fabricado por el hígado y el que le metemos extra con la comida. No distinguen el colesterol malo del bueno porque no son específicas de nada. El no ser específicos de nada es el denominador común y talón de Aquiles de todas las medicinas. Las industrias farmacéuticas se lavan las manos de las consecuencias de los medicamentos tóxicos que fabrican, adjuntando a sus productos interminables listas de efectos secundarios, en letra menuda, que casi ningún paciente lee, y si las lee no las entiende.
Por lo tanto, una persona que toma estatinas pone en riesgo su hígado y todos los órganos de su cuerpo. Pero, es la moda médica y la mayoría de los galenos tienen el cerebro lavado por la repetición, una y otra vez, de la propaganda que reciben de los laboratorios.
80.000 americanos son pasto de las industrias farmacéuticas y tratados como auténticas ratas de laboratorio. La denuncia la hizo la revista “Time Magazine” en el año 2002. La lluvia ácida de los fármacos se vende diariamente en la TV, ante el manso silencio de los gremios médicos, de todo el mundo, que aceptan la orden de los pacientes sobre el fármaco que deben recetarles.
Otro ejemplo caliente es el "descubrimiento" de que los antidepresivos (Prozak, Ritalin y sus primos), son la causa del aumento en los suicidios de quienes los toman. Las industrias farmacéuticas tienen la desfachatez de adjuntar a sus píldoras listas interminables de los efectos secundarios que pueden causar, lo que, legalmente, les lava las manos, la cara y otras glándulas ante cualquier desgracia que causen.
El Viagra es el ejemplo por excelencia para demostrar lo científico que son los medicamentos y los que los recetan, sin olvidar a los que los fabrican. Además de producir infartos, la divulgada droga es capaz de causar ceguera a los que festivamente la usan. De otra parte, se ha publicado, en todos los medios de difusión, que los pedófilos en las cárceles reciben esta droga, de manera que cuando salen libres, o con permiso temporal, tengan una capacidad extra de abusar de niños y niñas, con el beneplácito de los científicos y las autoridades sanitarias, y las otras, que con sus estudios e investigaciones científicos no fueron capaces de detectar los crímenes que sucederían por culpa de su negligencia y falta de respeto a la Salud Pública globalizada.
Doctores Humillados: el colmo del desprecio por la profesión médica se repite diariamente en casi todo el mundo y en casi todos los medios televisivos globalizados, cuando se invita a los pacientes a ordenar a “su doctor” que le recete lo que ellos científicamente han “descubierto” en la pantalla de la TV. Pero más sorprendente, para algunos profanos en la materia, es que los gremios médicos y veterinarios permanezcan en silencio ante tan descarado atropello contra sus miembros.
Lo que se mueve detrás de todo esto es la influencia de las grandes transnacionales farmacéuticas que patrocinan convenciones, congresos, revistas y otras actividades gremiales “científicas”. Los dirigentes de los gremios, la mayoría de las veces a las órdenes de los políticos de turno, se someten cobardemente a los deseos inconfesables de los que dominan a los políticos de turno –el poder económico de siempre- y que están infiltrados en casi todas las organizaciones gremiales.
Es vergonzoso cómo la mayoría de los gobiernos hipócritamente perjudican a la Salud Pública con el tabaco. La epidemia pulmonar que causó más pánico en los primeros sesenta años del siglo pasado, la tuberculosis, queda pálida ante los estragos del tabaco. Pero, se deja que se publicite y lo más asombroso es que la misma industria, caso de la Philip Morris, financia anuncios para advertir de los daños que causan a la salud pública los productos tóxicos que ellos fabrican y venden legalmente. Eso, sencillamente, es una burla vergonzosa permitida por los gobiernos de turno en casi todo el mundo.
Esta moderna manera de acabar con la salud de la población de los países más desarrollados y de los menos desarrollados, está patrocinada por el manejo publicitario permitido por los que dicen ser vigías de la Salud Pública, es decir, los gobiernos de casi todo el mundo, que dependen de la mayoría de esas grandes industrias químicas que, en los ratos libres, investigan y descubren productos químicos y bacteriológicos para fabricar armas inteligentes de destrucción masiva y al detal. Y la mayoría de los periodistas científicos, que tendrían la obligación de hacer periodismo de investigación y denuncia, permanecen callados y “copiando”, o televisando, cuanto boletín de prensa les llega a sus manos de parte de las transnacionales. Boletines que para la televisión son apoyados de espectaculares y super creativas producciones a todo color.
Sin olvidar la influencia de las grandes revistas de investigación, tipo The Lancet, Science, Nature, Bio-Thecnology y sus parientes, que de pasada también son dependientes y al servicio de esas mismas transnacionales farmacéuticas.
Manuel Calvo Hernando, presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico, dice:”El periodista tiene su parcela crítica de centinela del individuo y de la sociedad, y la responsabilidad de vigilar, de desvelar errores, maldades, deficiencias y corrupciones especialmente de quienes ocupan el poder, y no sólo el político, sino cualquier poder”. Según D. Toscan du Plantier (Donnez-nous notre quotidien): “El periodismo es oposición, no en el sentido político de la palabra, sino en el sentido del que se opone, del antagonista, del que quiere saber por qué las cosas van mal”. Estas afirmaciones de los especialistas en periodismo científico sería bueno que fuesen motivo de reflexión para los colegas de la prensa con el fin de mejorar el periodismo de investigación y denuncia.
Está científicamente comprobado que los peces en alta mar no se enferman. Los investigadores más serios sobre el estudio de la fisiología de los peces y sus enfermedades, como Overstreet, Hoar, Randall, Farrell y Couch, por citar algunos, dicen que es desconocida la enfermedad entre los peces que viven en alta mar. Y que las enfermedades que se conocen y han sido bien estudiadas en los peces, corresponden a los pobres animalitos que viven en la pisciculturas de las costas, en donde el hombre los cría artificialmente, administrándoles medicamentos farmacéuticos y piensos secos canibalescos, al mismo tiempo que los obligan a vivir en espacios de corte penitenciario sin libertad, ni posibilidades de satisfacer los más mínimos requerimientos instintivos. Estos peces de las explotaciones, y los que viven cercanos a las costas, reciben el impacto de la civilización y, como ésta, siguen los caminos de la degeneración progresiva. El estrés físico y mental de la vida artificial de los peces cautivos les conduce a las enfermedades que no padecen sus semejantes que disfrutan de la libertad que ofrecen generosamente los océanos abiertos.
Las observaciones a distancia del comportamiento y el estilo de vida de los peces en el mar abierto nos ha hecho llegar a la conclusión de que si los humanos imitásemos a esos peces podríamos recibir los mismos efectos saludables que ellos disfrutan. ¿Qué hacen los peces en alta mar?. A grandes rasgos, que luego ampliaremos, los peces beben agua de mar, comen racionalmente, hacen ejercicio casi constantemente y sólo se estresan positivamente.
Si los humanos nos enfermamos por lo que comemos, bebemos, pensamos y por el sedentarismo, la panacea para vivir sanos está al alcance de nuestras manos. Beber agua de mar, comer, hacer ejercicio racionalmente, y relajarnos, además de no ser prisioneros de la memoria y adictos a los malos pensamientos, debería ser la sencilla y sabia fórmula que nos permitirá vivir con salud"
TOMADO DEL LIBRO AGUA DE MAR NUTRICIÓN ORGÁNICA DEL DR. ANGEL GRACIA