No existe más Dios que tu propia conciencia.
No hay necesidad de ningún papa o Ayatollah Khomeini o de ningún shankaracharya que sirva de intermediario entre tú y Dios. Estos son los mayores criminales del mundo porque están explotando tu incapacidad.
Todos los sacerdotes pretenden ser los intermediarios entre tú y la fuente suprema de la vida. Pero tu fuente de vida es la suprema fuente de vida, porque no estamos separados. Ningún hombre es una isla; en lo interno somos un vasto continente. Quizás en la superficie seas como una isla, y hay muchas islas; pero en lo más profundo estáis unidos. Sois parte de una tierra, de un continente. Lo mismo es cierto respecto a la conciencia.
Sin embargo uno tiene que liberarse de las iglesias, de los templos, de las mezquitas, de las sinagogas. Uno tiene que ser simplemente uno mismo y aceptar el desafío de la vida a donde quiera que te lleve. Solo tú eres tu guía.
Eres tu propio maestro.
Osho: el espíritu rebelde, #11